Os dejamos con una selección de los mejores momentos que hemos podido vivir juntos durante el 2018. Espero que os traiga buenos recuerdos y que el próximo año nos traiga nuevas experiencias similares.
Espero que paseís todos una feliz navidad y una buena entrada de año. Comenzamos los entrenamientos a partir del día 8 de Enero con las pilas recargadas:
Continúamos esta semana recibiendo grandes noticias. Si ayer anunciamos la convocatoria para la Selección Andaluza de Pablo Ruiz, hoy toca mencionar a su compañero de equipo, Alberto Ulloa.
Alberto, mediocentro superclase, actualmente en el División de Honor Cadete del Real Betis, llegó a nuestra escuela con 7 años. Solo "nos duró" una temporada, ya que en sus primeros partidos, llegaron los equipos "grandes" de la ciudad a por él.
Primero fué el Sevilla FC, donde ha participado durante 7 años (pieza clave en el equipo campeón de la "Liga Promises"). Esta temporada está siendo su primera en el otro equipo de la ciudad, el Real Betis. Parece que le está sentando bien el cambio, ya que se está convirtiendo un fijo en esta Selección Andaluza.
Desde aquí, ¡te felicitamos de nuevo, y te deseamos mucha suerte!
Primera gran noticia de nuestros ex-pupilos que recibimos en la temporada, aunque en realidad es la segunda gran noticia. Decimos la segunda porque se trata de la segunda convocatoria con la Selección Andaluza de nuestro ex-jugador Pablo Ruiz "Pablito".
Actualmente, es jugador del Real Betis, compitiendo en la máxima división (División de Honor). Es diestro, puede jugar de lateral (izquierdo o derecho) o en posiciones más centrales del medio campo, como mediapunta.
Pablo Ruiz llegó a nuestra escuela con 4 años. Entonces, ya jugaba con los prebenjamines. Fueron 5 temporadas las que pudimo disfrutar de él, viéndolo jugar en todas las posiciones de campo. Su última temporada con nosotros, la de Preferente Benjamín, llegó a ser la más destacada. Jugó de mediocentro, y entre otros aspecto importante, fue una pieza clave de la victoria al Benjamín "A" del Real Betis.
Desde aquí, aprovechamos también para felicitarte y esperamos que sigas así en tu trayectoria. ¡Enhorabuena!
El deporte es fuente de aprendizaje, de vida y de salud.
Pero además, existe un número enorme de valores maravillosos que
nuestros niños pueden aprender de la práctica del ejercicio. Así que es
labor de todos, como padres, entrenadores, monitores, educadores y
responsables de nuestros chicos, el asegurarnos que disfrutan junto a
sus amigos y compañeros.
No es de recibo querer que nuestros
chicos sean Cristiano Ronaldo o Messi. No hemos de caer en la
competitividad mal entendida. Hay que evitar el hecho de volcar nuestras
frustraciones infantiles en nuestros retoños. Dejémosles crecer felices
y aprovechar todas las ventajas maravillosas que el deporte les depara.
Una temporada más, todos nuestros equipos ya han comenzado sus diferentes competiciones, por lo que es un buen momento para compartir con vosotros un artículo de dos de las mejores psicólogas deportivas del momento (Patricia Ramírez y Yolanda Cuevas):
El deporte siempre ha sido considerado un
medio para educar en valores que desarrollen a nivel personal y social y
que seguro te acompañarán a lo largo de tu vida. Valores que comienzas a
adquirir en las edades de iniciación, donde el deporte ante todo es
diversión. Los beneficios físicos del deporte los conoces en su mayoría,
pero que tomes conciencia de lo que aporta como herramienta educativa y
psicológica a tu hijo, es la clave. Cuando tu hijo practica deporte, también se educa en valores. Todo depende de la orientación que como padre y entrenador quieras dar.
Los niños aprenden a socializarse con
nuevos compañeros, a ganar y compartir triunfos, a perder y saber
tolerar la frustración, a experimentar emociones, a crear lazos de ayuda
entre ellos, a fomentar la colaboración, a ser responsable, a controlar
la impulsividad en unos casos y a vencer la timidez en otros, a reducir
la ansiedad, a respetar las normas, al entrenador, a los compañeros, a
los rivales y a los árbitros. El deporte también incrementa su nivel de
confianza y autoestima: los niños se sienten partícipes de los éxitos y
jugadas de su equipo, son protagonistas junto a los demás.
Los niños que asisten a actividades
deportivas además aprenden a gestionar y optimizar su tiempo, teniendo
que compatibilizar los estudios con el deporte. A nivel cognitivo, se
fijan metas, desarrollan habilidades como el pensamiento estratégico y
la capacidad de liderar. El deporte en equipo es la mejor
escuela para el futuro trabajo en equipo el día que se integren en un
grupo de trabajo en la empresa. Habrán desarrollado la
pertenencia a un grupo con intereses y objetivos comunes, a cumplir con
lo que uno se compromete, a ser perseverante, a tolerar el error propio y
de los compañeros.
Como padre y como entrenador, procura que
tu atención no esté en si tu hijo gana o pierde, si ha salido a jugar
más o menos minutos o si tu hijo lo hace mejor que “el otro”. “El otro”
también es un niño que acude a los entrenamientos y competiciones con la
misma ilusión que el tuyo. Como padre, tu interés solo debe estar en que tu hijo sea buen compañero, generoso y ante todo, que disfrute.
Pero muchos padres se ofuscan, gritan,
dan directrices desde la banda, hablan mal de los compañeros de sus
hijos, menosprecian y desacreditan a los entrenadores y ven en sus hijos
la posibilidad de convertirlos en grandes estrellas y cumplir con los
sueños que ellos no hicieron realidad. Este problema se repite todos los
fines de semana en todas las competiciones y partidillos de los
chavales. A veces los padres os olvidáis de que vuestros hijos ya tienen
un entrenador. Por eso hay que recordar que no sois los entrenadores de
vuestros hijos, que solo sois los padres y que vuestra labor se limita a
dar apoyo de forma incondicional.
Los padres no tenéis que
conseguir que vuestros hijos rindan más, ni que jueguen con una
determinada estrategia, y olvidaros de centraros en los resultados.
De esta manera solo conseguís generar presión y que el niño se sienta
evaluado por vosotros. Vuestra función es apoyar y fomentar los valores
que el club y entrenadores trabajan con los niños, como el compromiso,
la responsabilidad, la autodisciplina, el respeto, la cooperación, la
humildad, el afán de superación, la tolerancia a la frustración, el
juego limpio, la gestión emocional, honestidad, lealtad… Promover que
sea puntual, acudir a los entrenamientos a los que se ha comprometido,
recoger el material, ser generoso con los compañeros, fomentar la
comunicación y ayudar al entrenador.
Tenéis que motivar y reforzar para que se esfuercen no para que alcancen resultados.
Al finalizar un partido, el niño no tiene que pensar en si lo ha hecho
bien o mal, esa no es la finalidad. La finalidad es divertirse, jugar e
integrarse en un equipo. Pregúntale cómo se lo ha pasado, si ha
disfrutado, cómo te gusta ver con qué ganas se entrega, transmítele que
te encanta verle disfrutar practicando su deporte, que ves que se
entrega en lo que hace por él y sus compañeros, que te sientes orgulloso
de su esfuerzo, de su perseverancia, de su respeto a los demás y de su
deportividad.
No fomentes actuaciones físicas, técnicas y tácticas deportivas que el entrenador no les exige.
El entrenador es el que tiene que corregir, esa su función, pero no es
la tuya. Si tu hijo sabe que vas a valorarle tras el partido, lo pasará
mal desde que suena el despertador para asistir al encuentro. Practica
su deporte nervioso y pendiente de tus pautas, gritos, gestos y de lo
que le dirás después. Así es imposible disfrutar jugando, ¿no crees? No
olvides las consecuencias que tiene en la autoestima de tu hijo. No es
extraño escuchar a niños que dicen: “el domingo juego pero no hace falta
que vengas, papá”.
El problema es que los niños ven que algo
que era divertido se convierte en algo por lo que se les juzga y
valora. Padres y entrenadores no debéis acelerar el proceso evolutivo
del deporte, todo llega, lo importante es crear unas bases sólidas.
Buscamos el desarrollo de la persona y luego, el del deportista.
Por todo esto, piensa en ellos y…
Si eres entrenador:
Trabaja la cohesión. Los niños se esfuerzan más si se sienten a gusto en el grupo. El deporte es un lugar para disfrutar.
Habla siempre en términos de NOSOTROS en lugar de YO. Facilita el sentimiento de pertenencia.
Inculca valores como la solidaridad, la benevolencia y el altruismo.
Comunícate con paciencia y en un tono conversacional. No tienes más carisma ni más poder por dar gritos.
Estate más pendiente de los aciertos que de los errores, porque así les transmites seguridad.
Valora el esfuerzo, la intensidad y el trabajo por encima del talento y la genialidad.
Define los objetivos en función del rendimiento, de lo que depende del jugador y del equipo, no de los resultados.
Refuerza siempre. Siempre hay algo que valorar: ser solidario, el compañerismo, el trabajo, el buen humor, la buena actitud…
Huye de las comparaciones entre ellos. Es injusto y genera desconfianza.
Trátales en función de lo que te gustaría que te aportaran. Si esperas cosas buenas de los chicos, ellos lo notarán, se esforzarán y se sentirán “buenos”.
Si eres padre de un niño que hace deporte:
Recuerda el motivo por el que tu hijo va a jugar y no lo pierdas nunca de vista. Lo hace por diversión, por estar con sus amigos, por pasarlo bien.
Tú no eres el entrenador, eres su padre. De ti no necesita que le digas la técnica, ni lo que tiene que hacer, sólo que le apoyes y le preguntes si se lo ha pasado bien.
Deja que sea él quien elija si quiere hacer del deporte su modo de vida. Igual prefiere los fines de semana estar con amigos en lugar de ir de competición en competición. Tener talento no te obliga a vivir de él.
No le presiones, le des gritos desde la banda, no le digas que lo hace mal, ni que ha jugado fatal. Así le haces sentir ridículo, bajas su autoestima y le quitas las ganas de jugar.
No le hables mal nunca de sus compañeros. Ni le digas que lo hacen peor que él. Intenta unir al grupo en lugar de separarlo.
No desacredites a su entrenador, ni le transmitas a tu hijo que el entrenador se equivoca. Las desavenencias las tratas con el técnico, no con tu hijo.
Anima siempre, independientemente del resultado. Valora su esfuerzo, su ilusión por encima de ganar o perder.
Si los entrenadores y padres tenéis en
cuenta estas pautas es más fácil sacar la mejor versión deportiva y como
persona de los niños. Podréis vivir con equilibrio el inicio de la vida
deportiva, fomentar y facilitar su práctica. Tú eres el modelo de conducta de hijo: ante todo, respeto.
Fuente: Patricia Ramírez (@Patri_Psicologa) y Yolanda Cuevas (@YolandaCuAy)
Ayer fue uno de esos días para el recuerdo, uno de esos días que notas que te visita alguien especial. Estamos acostumbrados a recibir este tipo de visitas, pero ayer había algo en el ambiente que lo hacía diferente.
Quizás por los años que nos dejastes aquí, quizás por la gente que te quiere que estaban en el otro banquillo, quizás por el duelo de capitanes y amigos, o quizás porque te hagas "mayor" y no repitamos este encuentro.
Fuera lo que fuera, ayer no nos alegramos tanto de tus éxitos como hoy, todo hay que decirlo, pero aquí dejamos unas palabras de lo que fue para nosotros y de tus amigos que siempre estarán apoyándote.
Como cada verano se convierte en la noticia más esperada, no os vamos a hacer más larga la espera. Hoy ha llegado el día de conocer la equipación que vestirán nuestros chic@s a partir del mes de Septiembre. Continuamos con la misma marca, ya que estamos contento con la calidad que nos ofrece pero como suele ser de costumbre, os cambiamos el modelo.
Desde hace varias temporadas, podemos ir diciendo que nuestra Escuela de Fútbol se considera una fábrica de talentos. Todos los años los equipos grandes de nuestra ciudad tienen un ojo puesto en nuestros equipos.
Además, no solo se trata de los R. Betis o Sevilla Fc, sino que se está convirtiendo en normal que alguno de nuestros pupilos sea convocado por alguna selección (provincial o autonómica).
Es el caso de nuestro ex-jugador Pepe León, futbolista actual del Benjamín A del R. Betis, que este fin de semana jugará el Campeonato de Andalucía por Provincias.
Si a la Selección Sevillana le gusta apostar por sacar el balón jugador no se equivoca con Pepe, defensa central con unas condiciones técnicas exquisitas, que junto a la pegada y salida de balón también se convierte en una pieza importante en ataque.
Desde aquí, te damos la enhorabuena, y ¡¡mucha suerte en el Campeonato!!
Se aproxima el final de temporada, y siguen llegando las buenas noticias. Nuestro equipo alevín, si ya hizo un buen papel en el campeonato liguero llevando un camino ascendente, lo confirma en esta segunda fase de la temporada, consiguiendo el título y proclamándose campeón de los Juegos Deportivos de Primavera.
Genial formación recibida por estos jugadores, llavada a cabo por nuestro monitor Enrique Cano. Desde aquí, felicitamos a todos sus integrantes. Toca disfrutar!
El pasado fin de semana 11 y 12 de Mayo se celebró, un año más, el evento fin de liga de la Education Football League, donde todos los equipos participantes se reunen y viven unas bonitas horas de convivencia.
Nuestros equipos de Iniciación, Prebenjamín C y Prebenjamín B participaron y pasaron un magnífico rato lleno de diversión, deporte y buen ambiente.
Desde aquí, queremos dar la enhorabuena a todas las personas que lo hicieron posible.
Os dejamos un divertido video que resume nuestro paso en este encuentro. Espero que disfruten:
El pasado fin de semana se acumularon las buenas noticias. El primero en darnos una alegría fue nuestro benjamín B, que consiguió la permanencia en la, siempre difícil, 3ª andaluza benjamín.
Posteriormente, la alegría llegó en forma de título y ascenso. Se adelantó el alevín C, que con la victoria consiguió matemáticamente el primer puesto y el ascenso a 3ª andaluza alevín. Por último, se encargaron los más pequeños de darnos la alegría a todos. Nuestro prebenjamín A también pudo cantar el alirón y, por lo tanto, conseguir el ascenso a la máxima categoría, la 3ª andaluza prebenjamín.
¿Te gustaría saber cómo lo celebraron? Os dejamos un vídeo para que disfrutéis de ello.
Compartimos con vosotros un video que se hizo viral hace ya unos días, en el que Frank Martin, entrenador de Baloncesto de South Carolina, da una lección a todos los padres contando su propia historia. Respeto a los árbitros, a los niños, a los entrenadores. Válido para cualquier ámbito. Disfruten de él, si todavía no lo han hecho:
Rescatamos una fantástica entrevista del periódico "El Mundo" con el defensa de la Juventus, Giorgio Chiellini. El defensa italiano, segundo capitán de su equipo, es licenciado en Economía y doctor por la Universidad de Turín y nos deja algunas frases como: "Es normal que los niños quieran ser Cristiano, Messi o Dybala, porque
son quienes provocan las mayores emociones con su fantasía, pero también
hay placer en detener a un rival, pensar antes que él, anticiparse y
ganarle el duelo", "Hay que perder mucho para poder ganar", o "Los libros te ayudan a liberarte de la presión del fútbol".
Espero que disfrutéis con ella:
Deme una razón para ser defensa
El amor a la defensa, la
pasión por hacer este trabajo. Es normal que los niños quieran ser
Cristiano, Messi o Dybala, porque son quienes provocan las mayores
emociones con su fantasía, pero también hay placer en detener a un
rival, pensar antes que él, anticiparse y ganarle el duelo. El problema
es que si lo haces nueve veces bien y una mal, provocas una tragedia.
Usted parece un defensa del pasado, de la gran era italiana.
Somos
menos en la élite que antes, es cierto, pero no sólo en Italia. Pienso,
por ejemplo, en Puyol, un jugador a contracorriente de lo que era el
Barça de Xavi e Iniesta, pero necesario para su maquinaria.
Puyol decía que le habría gustado jugar un tiempo en el calcio para aprender más de la defensa.
Hay
que aprender de los mejores, claro, pero no suplantarlos. Yo jamás
tendré la calidad técnica o la explosividad de Sergio Ramos.
Lo dice con admiración.
En
mi opinión, es el mejor central del mundo y sabe jugar los partidos que
cuentan de verdad. Pero también tienen ustedes en España a Piqué, que
tuvo mucha suerte de crecer junto a Puyol. Ahora, con Umtiti, forman una
pareja de altísimo nivel. Pienso que les ayuda el trabajo del nuevo
entrenador. Valverde ha encontrado una unidad de equipo en fase
defensiva que antes el Barcelona no tenía, y no se olvide de que todo
empieza por el equipo.
En los últimos tres años, la Juventus ha
perdido dos finales contra Barcelona y Madrid, pero les ha batido en
sendas eliminatorias. ¿Mejor, pues, a doble partido?
Nunca se
sabe. Todas fueron diferentes, pero apasionantes. Perder finales es
doloroso, claro, pero es muy positivo jugarlas. Sólo así creces en
competitividad, algo fundamental para los jugadores más jóvenes. Hay que
perder mucho para poder ganar. Este año tenemos una convicción especial
de hacer algo grande.
La Juve es una isla en mitad de la crisis del calcio, con los dos grandes de Milán fuera de la Champions, la cota que delimita la élite.
La
suerte de este equipo es la sociedad, su presidente, su cultura... Los
jugadores somos la última parte. Pasaremos. Ahora se habla de Buffon y
Chiellini, antes de Pirlo o Del Piero... Todos somos importantes y
ninguno indispensable. Pero como club tenemos que avanzar para estar al
nivel del márketing del United, Real o Barça. Si tenemos su poder
económico, estoy seguro de que la Juve estará en condiciones en los próximos años de comprar al Neymar del momento.
De eso trata la tesis doctoral que hizo en la Universidad de Turín, ¿no? Le dieron un cum laude.
Exacto. Básicamente, comparaba el modelo económico de la Juve con el de otros clubes, como el Real.
Usted rompe el tópico de que no se puede jugar y estudiar.
Los libros te ayudan a liberarte de la presión del fútbol.
¿Y hacia dónde va ese fútbol?
En
Europa, hacia la Superliga Europea. Tardará 10, 20 o 30 años, pero
llegará. Con respeto por los equipos más pequeños, los aficionados de la
Juve quieren ver al Madrid, al United, al Barça, al PSG...
¿Imagina un domingo con un Juve-Madrid, un City-Barça y un
Atlético-Liverpool? ¡Bufffffff! Habrá que armonizar las ligas
locales, claro, pero será el mayor espectáculo del mundo, más que la
Super Bowl, porque no hay fenómeno de masas como el fútbol. Sólo tiene
una pega, un pecado...
¿Cuál?
Que yo no llegaré a jugarla.
[Risas]
Volvamos a sus duelos con los equipos españoles...
Los
españoles han sido rivales recurrentes en mi carrera desde que disputé
mi primer torneo con la selección, la Eurocopa de 2008...
Los jugadores de la Roja dicen que aquellos penaltis, en Viena, cambiaron su mentalidad y la historia, los hicieron ganadores.
Lo entiendo. Éramos su bestia negra
[lo dice en español]. No tengo un recuerdo malo de aquel partido, sino
excitante. Le digo lo mismo que antes: no siempre perder es un fracaso.
Jugar contra ellos me ha hecho mejor y, sobre todo, me emociona. Siento a
los españoles como adversarios pero también como compañeros de tantas
batallas. Son también una parte nuestra y espero que ellos nos sientan
de igual forma, con respeto y admiración profunda.
¿Cómo se defiende a Messi y a Cristiano?
¡Como se puede!
[Más risas]
Sergio Ramos dice que anticipándose.
Ramos siente que todo es posible, lo sé, pero es que hasta eso es dificilísimo. Son diferentes.
Empiece por Cristiano.
Ha
cambiado su modo de jugar en los dos últimos años. No sé si por la
lesión que sufrió en la Eurocopa o por ahorrar energías a medida que
cumple años. Antes era un siete que llegaba en carrera, desde la banda; ahora es un nueve
mostruoso. Su fuerza nace de querer ser el mejor a toda costa, en cada
momento... Recuerdo un balón que perdió en un partido, en una acción
insignificante, pero, en cambio, mostraba una rabia extraña dentro de
sí. Era como si hubiera perdido una final.
Juega siempre como si fuera la primera vez...
La primera y la última... Siempre es de ese modo para él.
¿Y para Messi?
No
lo exterioriza, pero no es tan distinto. Messi tiene una rapidez brutal
partiendo de cero. Arranca, va siempre adonde puede hacerte daño y te
rompe. Es inalcanzable.
No le pido que diga cuál de los dos es mejor.
Seguro que los jugadores del Madrid dicen todos que Cristiano y los del Barça, Messi. ¿Verdad?
Justo.
¿Por
qué escoger? Sinceramente, viendo los datos de ambos no puede decirse
realmente quién es mejor. Para mí, ambos tienen la suerte de estar uno
frente al otro, de competir en la Liga, en rivales directos. Juegan un
partido de 10 años que les ha ayudado a ser mejores.
Usted que es hombre de economía, además de fútbol, conocerá el valor de los inmateriales.
Claro.
Pues la Juve
tiene uno parecido al del Madrid: donde los demás equipos mueren, ella
vive. Le sucedió en Wembley, contra el Tottenham. ¿Cómo se explica?
Es la ambición, una cualidad difícil de analizar, acompañada de
trabajo, de sacrificio, de cultura de años... Cuando ves eso a tu
alrededor, te sube la adrenalina, te crees capaz de todo y vas y vas...
También parecía muerto el Madrid en la ida ante el PSG, cuando encajó en
el Bernabéu. Yo sabía que no era así. Quienes nos hemos enfrentado a
ellos sabemos que ante una duda, el Real te muerde y te mata. Lo lleva
dentro.
Hablemos de favoritos.
¡La Juve!
[Risas]. Nos sentimos de ese modo, convencidos, pero es innegable que en
el momento actual, los españoles lo son siempre en este torneo. City y
Bayern lo están haciendo bien, el primero en la liga más difícil, en mi
opinión, porque siempre hay cuatro o cinco equipos aspirantes al título.
Pero Real y Barça tienen algo más. Ambos han evolucionado en los
últimos años, pero siguen en la cumbre, y no es sólo por Cristiano y
Messi. El Barça de Guardiola, por ejemplo, tenía un ataque intenso y una
reacción inmediata a la pérdida de la pelota. Ahora es diferente, más
cuadrado, pero te gana igual.
¿Ha seguido el trabajo de Guardiola tras salir del Barça?
Por
supuesto. Con el City ataca la línea con tres o cuatro jugadores. Lleva
gente hacia dentro para aislar a los de afuera y provocar situaciones
de uno contra uno. Siempre piensa, prueba ideas, cosas. Hace una y ya
piensa la siguiente. Te guste o no, forma parte de esa gente que hace
avanzar el fútbol, como Sacchi. Es una mente privilegiada. Pero pienso
que en su paso por Bayern y ahora City también se ha dado cuenta de que
hay cosas a las que debe adaptarse. Los cambios y las evoluciones son
buenas, pero sin perder la identidad. La Juve jamás jugará como el Madrid, ni Italia como España, pero eso no quiere decir que no se pueda aprender y ganar.
¿Italia
debe aprender? Usted que ha sido casi cien veces internacional [96],
puede explicar esta crisis, fuera del Mundial. ¿Cuál es la razón?
Si
hubiese una sola razón, sería fácil, lo habríamos resuelto. Tenemos que
cambiar y empezar por saber qué se hace fuera, modificar la
programación en la formación, pero sin perder, como decía, nuestra
identidad. Somos italianos. No hay que copiar modelos, sino adaptarlos.
Espero que la siguiente generación llegue con talentos, pero, hoy, hemos
de ser humildes y admitir que estamos por debajo de las selecciones que
están en el top europeo, como Francia, España o Alemania. Ya
no tenemos a los Totti, Del Piero, Pirlo, Baggio, Inzaghi... Hay que
preguntarse por qué y encontrarlos de nuevo.
¿Ha vuelto a hablar con Luis Suárez después del mordisco?
Me
lo he cruzado en el campo y ha sido un placer, porque es un gran
delantero y significa siempre un desafío. Me gustaría cambiar mi
camiseta con él. Su sanción, con la pena de no poder entrar a los
estadios, me pareció exagerada. Fue ejemplar por lo que significa el
Mundial.
Pero, ¿los futbolistas no han de ser ejemplares? Usted
contribuye a causas sociales, como la de donar el 1% del sueldo al
proyecto Common Goal, liderado por Juan Mata.
Hago todo
lo que puedo. No conozco a Juan, pero me hablaron muy bien de él.
Tenemos un mensaje social que dar, claro, por nuestro protagonismo. Si
mejoramos a los niños, mejoraremos el futuro
Os dejamos hoy una excelente entrevista a Fernando Torres, que recogemos de períodico EL MUNDO, en la que hablan sobre las masas, de los padres que insultan, de saber perder, de esos maestros que parecen entrenadores y de esos entrenadores que devienen en maestros:
"Arrancaba 1996, Jorge Valdano tenía las horas contadas como
técnico del Real Madrid y en la grada abarrotada de gente se desplegaba
una leyenda como un nubarrón: «Fuera, filósofo».
Juan Villoro le preguntó años después a Valdano por aquella andanada. El
argentino le contestó: «Imagínate lo que debe de haber pensado algún
filósofo de verdad... que tal vez estaba entre los 100.000
espectadores».
Aquel falso filósofo fue expulsado del Bernabéu tras
perder frente el Rayo, de la pancarta nunca más se supo y de algún modo
la revancha se juega hoy: hemos devuelto a un filósofo de verdad, con su
arcabuz de ideas, a un campo de fútbol. Para que converse con un niño
muy grande.
Junto al césped de la ciudad deportiva del Atlético de Madrid en Majadahonda, el filósofo José Antonio Marina y el futbolista Fernando Torres
hablan de filosofía, de las masas, de los padres que insultan, de saber
perder, de esos maestros que parecen entrenadores y de esos
entrenadores que devienen en maestros.
Entre Kant y Luis
Aragonés, entre el criticismo y el contragolpe, entre la dialéctica
larga y el pase en corto, este encuentro es un homenaje al fútbol como
debiera ser."
- Un placer, Fernando. Me ha encantado hablar contigo.
- Lo mismo digo, José Antonio. Una gozada.
- Te iba a pedir un favor... ¿No me firmarías un autógrafo para mi nieto?
Es
el adiós. Fernando tiene una oferta del fútbol chino. Hace mucho frío
hoy en la ciudad deportiva. Se abraza a sí mismo por encima de la
chaqueta. Hay despedidas que parecen para siempre.
Pregunta. Quería empezar con esos padres que van a gritarle al árbitro a un modesto campo de fútbol...
José Antonio Marina.
Cuando hablamos de las virtudes educativas del deporte, yo me refiero a
la práctica del deporte. El espectador del deporte es otra cosa. Los
padres muchas veces se pasan de la raya. Porque el apasionado pasa con
mucha facilidad a la agresividad. Yo creo que eso, Fernando, lo veis muy
claro en los espectadores.
Fernando Torres.
Sí, es verdad... Esto en algún momento se tiene que parar. Yo lo he
vivido con compañeros, chicos a los que sus padres presionaban
demasiado. Uno de los problemas es que los padres ven en el hijo una
salida a una situación económica... Ven los coches de los futbolistas en
televisión, sus casas en las redes sociales, lo bien que les va... Yo
recuerdo un partido con 11 años en Leganés. Me cambiaron e iba para el
banquillo. Había un señor en la grada diciéndome de todo. «Leñero»,
«desgraciado», «malnacido»... Iba con la mirada gacha, asustado, muerto
de vergüenza. Levanté la cabeza para ver quién era y mi padre estaba muy
sereno al lado de ese señor. Y no le dijo nada... Yo tengo mucha suerte
con mis padres. Viendo lo que ellos me han enseñado he aprendido mucho.
Aquí se puede ir a un campo de fútbol a insultar: qué más da que haya
niños. En nosotros está cambiarlo: incluso en los futbolistas, cuando
nos encaramos con un rival. Tú eres lo que haces. Y mucha gente te está
viendo.
P. ¿Es importante que un niño practique deporte?
J. A. M. Hoy la infancia española tiene un problema tremendo porque los niños hacen poco ejercicio. Están todos enganchados con las tablets,
los móviles, los dispositivos... La obesidad es una de las epidemias
que tenemos en la infancia. Pero es que además practicar un deporte
significa que te acostumbras no sólo a jugar, sino a entrenarte. Eso
significa esfuerzo. Voluntad. Disciplina. Jugar en un equipo exige una
especie de generosidad especial, humildad, el saber que trabajas para un
colectivo por encima de ti.
F. T. Yo jugué al fútbol porque me gustaba, sin pensar
que un día podría llegar a ser profesional. Dedicaba tres días a la
semana de mis tardes, me tiraba una hora de ida y una hora de vuelta, en
Cercanías, de Fuenlabrada a Orcasitas, haciendo los deberes por el
camino. Y al llegar a casa, baño y a acabar la tarea. La única condición
es que tenía que aprobar. Hacía lo que me gustaba. Pero ellos me
exigían eso. Y a cambio se sacrificaban y me acompañaban y me traían.
Mis hermanos se levantaban un domingo a las ocho de la mañana
(seguramente después de haber salido, eran mayores que yo) para llevarme
al campo. Entonces yo veía que el deporte me estaba ayudando a
acercarme a mi familia... A mí el fútbol me ha dado todo eso: saber que
necesitas a los otros.
J. A. M. Hablando
de eso, me gustaría hacerle a Fernando una pregunta: me interesa mucho
el entrenamiento, tanto es así que a mis colegas docentes me gusta
decirles que deberían considerarse entrenadores. ¿Qué importancia han
tenido los tuyos?
F. T. Recuerdo a mi primer
entrenador, Manolo Rangel, con el que sigo teniendo contacto. Luego a mi
entrenador en juveniles, que fue Abraham. Y luego a Luis Aragonés. Son
los que me han marcado más. Porque vieron algo diferente en mí y así me
lo hicieron saber. No me dieron un mensaje de presión, sino de
ilusión... El entrenador es importante cuando te da esa confianza de
poder mejorar, probar, equivocarte... Y seguir teniendo su apoyo. Los
que me marcaron fueron los que más creyeron en mí.
J. A. M.
Tiene muchísima importancia lo que dice Fernando: que una faceta
importante del entrenador es descubrir capacidades en la gente a la que
entrena. Así como hay personas que truncan posibilidades, hay otras que
provocan lo contrario: te abren posibilidades, pero también exigencias.
Un entrenador que no te exigiera nada, que intentara ser tu amigo tal y
como dicen algunos docentes que son de sus alumnos, no te iba a hacer
progresar. Administrar la regañina cuando lo haces mal, pero también el
elogio cuando lo haces bien. ¿A ti, Fernando, no te parece que el saber
elogiar es una forma de ayudar a crecer?
F. T.
Depende. Recuerdo en mi época con Rafa Benítez, todo me iba fenomenal,
acababa de marcar tres goles, todos me firmaron el balón. Todos me
ponían: «Eres el mejor» o «enhorabuena». Cosas así. Lo que Benítez me
puso en el balón fue: «Hoy has perdido ocho balones». Era la forma que
él tenía de que mejorara. Eso también lo vio Aragonés. Luis a mí me lo
hizo pasar fatal, me exigía muchísimo, me hacía estar en el banquillo,
quedarme solo a entrenar... Tú en ese momento piensas: «Este tío me
quiere machacar, me quiere hacer daño». Y con el tiempo te das cuenta de
lo importante que fue. Nos volvimos a encontrar unos años después,
íbamos a jugar la final de la Eurocopa y me cogió solo en un pasillo, me
puso contra la pared y me dijo: «Hoy es nuestro momento, usted va a
meter un gol y vamos a ser campeones de Europa». Ahí vuelves atrás y te
acuerdas de cuando te dejaba 30 minutos solo controlando el balón, o
tirando a una portería... Te acuerdas de esa persona que cree en ti en
el momento más importante y te dice que tienes que ser tú.
Una de las cosas que más frustración le produce al futbolista es no
haber estudiado más allá del Bachillerato: «Ir a la universidad,
empaparme de ese ambiente...». Lo intentó en su día y se metió en una
escuela superior de negocios. Pero el Atleti ya era una droga voraz y sólo duró seis meses.
Una
de las cosas que más echa en falta el filósofo es no haber podido ser
portero. Lo intentó en su tiempo. Y aún hoy. Pero de aquella manera:
cuando el nieto le lanza unos tiros, Marina se deja los goles.
P. ¿Qué falla en la educación?
F. T. El
principal problema es que se piensa que a los niños tienen que
educarlos en el colegio, cuando han de ser educados en casa. Al colegio
van a completar su educación, a aprender... Pero la educación empieza en
casa, en lo que ven, en lo que sienten, en lo que intuyen los niños...
Cuando yo iba al colegio me aburría... Hasta que no empecé el instituto
no encontré algo que me motivara. Sin embargo, ahora veo a mis hijos
(los mayores tienen ocho y siete años) y ya están motivados con algo que
les gusta, porque sus educadores saben tocar esa tecla antes. El ser
feliz y el estar contentos les va a hacer ser mejores. Salen del
colegio, encienden la tele y nos ven gritándonos unos a otros, los
insultos como algo cultural, el ejemplo que damos, la corrupción... Por
desgracia, ver que alguien en un campo grita «¡eres muy malo!» se ha
convertido en algo gracioso. Si yo veo a mi hijo haciendo eso, se me cae
la cara de vergüenza.
J. A. M. Hay padres y madres
que no se ocupan de la educación, pero los hay que se angustian mucho
preguntándose si lo estarán haciendo bien. Hoy en día es normal que
ambos trabajen, que lleguen culpabilizados, sobre todo las madres,
pensando que no lo están haciendo bien. Y con una idea: si tengo poco
contacto no voy encima a ponerme dura con el niño... Tienen un problema
muy serio en poner límites a los niños, si se estarán pasando o no
estarán llegando. Antes había dos canales de educación: la familia y la
escuela. Y el entorno colaboraba. Nosotros jugábamos en la calle,
cualquiera que pasara podía reprenderte si estabas haciendo trastadas...
P. La tribu educaba.
J. A. M.
En efecto. Eso se ha roto. Los niños reciben mensajes muy diversos
ahora. A través de los medios, de internet... En nada, Fernando, tendrás
el problema de si les das un móvil o no, cuántas horas les vas a dejar
frente a la pantalla...
F. T. Ellos no tienen la
infancia que yo tuve, que no fue peor ni mejor pero sí distinta, y para
mí es muy difícil hacerles entender el trabajo que cuesta ganar las
cosas, lo difícil que es tener las cosas que ellos puedan tener, porque a
mí me ha tocado crecer en un barrio humilde en Fuenlabrada y ellos
viven en un espacio diferente y tienen muchas más cosas de las que yo
tenía. Me es difícil explicarles, pero es que también es injusto
exigirles que lo entiendan, porque ellos han vivido así. También
aprendemos de ellos.
J. A. M. Los padres tienen
tres herramientas educativas: la primera es la ternura. Los niños deben
saber que el cariño que se les tiene es incondicional. La segunda es la
disciplina: los niños tienen que saber que las cosas tienen límites. La
de veces que nos han dicho a nosotros los chicos: «¿Pero por qué mis
padres no me habrían dado una bofetada a tiempo?». Los chicos
interpretan la falta de límites como falta de interés. Cuando los padres
no ponen límites porque piensan que lo van a interpretar como falta de
cariño. La tercera cosa que necesitan los niños es comunicación. Estas
tres cosas las van a necesitar también en la adolescencia, momento en el
que todo se complica. Aunque la rechacen, seguirán necesitando ternura;
aunque protesten, seguirán necesitando límites; aunque no quieran
comunicarse en esos años, seguirán necesitando comunicación.
F. T. El
cariño, las normas y el explicarles el por qué... No sólo decirles que
no y dejarles ahí con su enfado. A mi hijo Leo, al que riño mucho,
muchas veces le tengo que explicar. Este verano estábamos en un parque,
había un niño que se sacaba el moco y se lo enseñaba a los otros
niños... Yo se lo puse de ejemplo: «¿Tú quieres convertirte en una
persona así de desagradable? Pues yo te tengo que decir lo que está bien
y lo que está mal».
J. A. M. Supongo que lo habrás
comprobado, Fernando, los niños son más inteligentes de lo que creemos.
Y entienden muy bien una cosa: cuando eres justo o cuando no.
F. T. Muchas veces te lo dicen. Y te lo hacen ver. Y
les pides perdón. No hay que tener miedo a pedirles perdón, a decirles
«te quiero», a darles un abrazo delante de los amigos.
Fernando -que
un día nos dijo que un ídolo es «esa madre que tiene que dar de comer
cada día a cinco hijos» y no él- tuvo una grave lesión siendo
adolescente (la tibia y el rotuliano). Parecía que el sueño se acababa,
pero nueve meses después debutaba con el primer equipo del Atlético de
Madrid. Es aquello que decía Kant, el filósofo de cabecera de Marina:
que la inteligencia de un individuo se mide por la cantidad de
incertidumbres que es capaz de soportar.
Por eso Fernando es un ídolo
en su club. Por eso y porque -entre levantar la voz o hacer daño al
equipo- el delantero siempre eligió callar.
P. ¿Una sociedad se define por sus ídolos?
J. A. M. España
no es país dado a la admiración, nos cuesta aplaudir... Tenemos poca
cultura del aplauso, parece que si elogio a alguien me estoy yo casi
poniendo en una situación de minusvalía. En las escuelas americanas cada
clase tiene que escoger sus héroes, al que ha hecho cosas bonitas en el
barrio, por ejemplo. En Inglaterra, el Times todas las semanas
escoge a un gran profesor, a lo mejor de una escuelita remota,
promovido por los padres y los alumnos... Esta es una manera de hacer
pequeños héroes cotidianos y no sólo los que aparecen en la publicidad o
en el cine.
P. Yo no tengo muy claro que sea más fácil saber ganar que saber perder...
F. T.
En la vida aprendes muy pronto a saber perder, porque la vida está
llena de pérdidas. En el deporte aún más. Creo que saber ganar es mucho
más difícil porque se aprende más tarde. Es saber actuar después, echar
una mano al que ha perdido, recordar cómo te sentiste cuando perdiste
algo importante para ti. Y tener un minuto para el otro antes de ir a
celebrar.
J. A. M. Estamos teniendo un problema
entre niños y adolescentes a los que, por un afán de protegerles, no
tienen tolerancia a la frustración. De tal modo que cuando tienen un
fracaso se nos vienen abajo. Tenemos que educar para saber soportar las
cosas desagradables que vienen...
F. T. Pero yo creo
que eso es natural. Me acuerdo de cuando era un niño y perdía un
partido. Me metía en la habitación y que no viniera nadie a decirme
nada. Con el tiempo vas aprendiendo y te das cuenta de que la derrota es
parte del deporte.
P. Mirando a ciertas personas que triunfan y cómo lo hacen, casi entran ganas de perder...
F. T. En el deporte hay mucha gente que se retira sin haber aprendido a ganar, sin saber comportarse en la victoria.
J. A. M. Mi abuelo decía: «Te advierto que sólo las águilas soportan las alturas».
F. T. Luis
Aragonés tenía otra frase que era: «Niño, cuanto más gane, cuanto más
alto le construyan el pedestal, la caída más fuerte es... Cuando esté
arriba recuerde que estuvo abajo. Pies en el suelo».
J. A. M. Volviendo
al tema, en España soportamos mal el fracaso. A una persona que ha
fracasado se le dice: «Eres un fracasado». «No lo vuelvas a intentar».
Lo contrario de lo que decía antes Fernando de sus entrenadores: lo has
hecho mal, pero lo harás bien a la siguiente. En EEUU son cuidadosos con
el tipo de verbo que se utiliza para reprender a un niño. No se dice
«eres» un torpe. Sino «no te has esforzado». Aquí desvalorizamos mucho
al que no lo hace bien. Eso es cruel. Por eso hay muchos que se
descuelgan de los estudios y dejan de esforzarse.
F. T. Porque pierden la motivación.
J. A. M. Chicos
que dicen que para qué van a esforzarse. Muchas veces salen de la
escuela teniendo claro todas esas cosas para las que no valen, pero no
para las que valen. Seguro que todos tenemos muchas cosas que podemos
hacer bien.
«Fuera, filósofo», se leía en aquella pancarta del
Bernabéu. Dado que Torres está meditando estos días dejar el club, no se
extrañen si en las próximas semanas leen algo así en el Wanda. «Hasta
siempre, 9».
P. ¿A usted le gustaba el fútbol?
J. A. M. Sí, sobre todo de pequeño. Jugaba en la portería. Era del Valencia. Me gustaba mucho un portero llamado Eizaguirre.
P. ¿A usted le gustaba la filosofía?
F. T. Me
acuerdo de un profesor que se llamaba Antonio. En esa época para mí era
un rollo. Ahora me encantaría estudiarla. En la educación hay cosas que
te llegan demasiado pronto.
P. ¿Usted de qué equipo es?
J. A. M. Parece forzado decirlo ahora, pero del Atleti.
P. ¿Y a usted qué tema filosófico le preocupa?
[La respuesta no hace referencia a nadie... O sí]
F. T. La generosidad con los demás... Lo raro que es verla.
Siempre es bonito plantarle cara a una de las dos canteras referentes de nuestra ciudad, y aún mejor, no perder. Esta vez lo consiguió nuestro benjamín "A" en la máxima categoría, que consiguió un valioso punto con un resultado de empate a dos goles.
Os dejamos en vídeo estos dos goles. Espero que disfrutéis casi igual que el equipo al celebrarlos.
Seguimos esta temporada con las buenas noticias. Si el año pasado, Javier Bernal fue convocado con la selección andaluza, ya tenemos al primero de la presente temporada.
Se trata de Jesús Acuña. Actualmente, en el alevín A del Sevilla FC. El centrocampista recibió la llamada para debutar con esta selección el pasado miércoles 31 de Enero.
Desde aquí queremos felicitarle y desearle lo mejor en esta nueva experiencia