Interesante entrevista que rescatamos del periódico El País (@el_pais) sobre la metodología de entrenamiento y el modelo de juego de Paco Jémez en su actual equipo, el Rayo Vallecano (1ª división). No dudamos en compartirla con vosotros, ya que nos sentimos muy identificado con nuestra forma de ver el fútbol en esta escuela. Espero que os guste y disfruten de ella:
"Más convicción que adiestramiento"
"Para sacar el balón jugado hace falta un adiestramiento y un
convencimiento. Me decía un ex compañero: ‘¿Cómo le has enseñado a Toño
[el portero] a jugar con los pies en tan poco tiempo?’. Y no es una
cuestión de que yo le haya enseñado a jugar con los pies. La cuestión es
que en los sitios donde ha estado nadie le ha exigido a Toño que haga
lo que está haciendo ahora. Al final es un tema más de convicción".
"No sabes qué balón te costará el partido"
"Es muy sencillo. Yo le digo: ‘Mira, Toño, cada vez que te llega el
balón lo tenemos nosotros. ¿Verdad?’ ‘Sí’. ‘Pues cada vez que le pegas
para arriba, ¿de quién es el balón?’ ‘Pues no lo sé’. ‘¿A que tampoco
sabes cuál es el balón que te va a costar el partido y cuál el que te va
a hacer ganar? Entonces cuidaremos todos los balones que tengamos’.
‘¿Pero y si fallo el pase?’ ‘Ese es un riesgo que tenemos que correr.
Los partidos se pierden de cualquier manera. Es más: se pierden más
regalando balones con pelotazos largos que perdiéndolos por un pase mal
dado. Porque si tú miras el cómputo general del año los goles que nos
hacen por errores nuestros en la salida del balón no son ni el 5% de los
goles que recibimos. Cometemos unos siete errores en el año y nos
cuestan tres o cuatro goles. No es una cantidad como para que nos
planteemos que esto nos está llevando a la ruina".
"900 ejercicios diferentes cada año"
"Quiero tener suficientes ejercicios como para no repetir ni uno en
todo el año. Buscamos simulaciones mirando partidos. Vemos una situación
y decimos: ‘de aquí sacamos un ejercicio que nos va a valer para que
esto no me vuelva a pasar; o para potenciar esto tan bueno que hago’.
Llegamos a meter hasta cinco ejercicios distintos por sesión. Si haces
tres o cuatro ejercicios por día y lo multiplicas por los 300
entrenamientos, estamos hablando de 800-900 ejercicios al año".
"Hay que hacer pensar al jugador constantemente"
"El futbolista de Primera tiene una gran inteligencia desaprovechada.
Ahí está el margen de mejora. En los cursos de tecnificación insisto:
‘Yo no te digo que hagas un ejercicio ni que lo dejes de hacer. Tú eres
el dueño de los ejercicios de tu equipo. Lo único que te pido es que
hagas pensar a los jugadores. Constantemente. Propón tareas donde ellos
tengan que estar pensando. Establece reglas nuevas, juegos distintos. No
me importa que se desconcierten. Hay ejercicios complejos que las
primeras veces salen de pena. Los ves y dices: ‘¡Madre mía de mi vida!’.
Pero a la tercera vez ya los mecanizamos".
"La posesión sin definición te crea un problema"
"Hay unos ejercicios que denominamos posesión-fútbol. Enfrentamos dos equipos, divididos a su vez en dos campos reducidos. Intentamos tener la posesión
en el inicio de nuestra jugada bajo presión en un campo, y de pronto,
en tres pases, tenemos que colocar el balón en el otro campo para
finalizar con fútbol. Luego los que acababan con gol aquí
empezaban con posesión y así hacen posesión.definición-posesión… Eso
activa a los jugadores porque que la posesión sin definición no nos vale
de nada. Al revés. La posesión para estar siempre en el mismo sitio al
final te crea un problema. Ahí lo que siempre se busca es ese pase al
campo contrario, que es la progresión hacia la portería".
"La peor decisión es no tomar decisiones"
"En la mayoría de las tareas que hacemos hay muchas pérdidas y recuperaciones de balón para que el jugador cambie ese chip
de defensa-ataque en nada. Tú en el partido no tienes dos segundos para
cambiar. Si te tomas dos segundos ya no llegas. Esa adaptación se hace
con ejercicios en los que hay mucha intensidad, mucha velocidad y en los
que el jugador tiene que estar constantemente tomando decisiones. La
peor decisión es no tomar ninguna decisión. Si tú te quedas parado no
vas a acertar nunca. Tú muévete. Es posible que te equivoques, pero ya
has hecho algo por buscar una solución. Odio a los jugadores que se
paran".
"Que los delanteros contrarios se muevan en virtud de nuestra defensa"
"Habitualmente se piensa que la línea defensiva tiene que moverse en
virtud de lo que hagan los delanteros: ‘Si los delanteros están cuatro
metros para atrás nosotros tenemos que ir cuatro metros para adelante…’.
No siempre tiene que ser así. Intentemos que cambien las cosas. Que
sean los delanteros los que tengan que preocuparse por nosotros.
Presionando arriba no les dejaremos más salida que el balón largo. Si
nuestra línea defensiva se queda por detrás de los delanteros rivales
jugamos 11 contra 11. Pero en el momento que la línea se pone por
delante, sus tres delanteros ya no juegan porque se quedan en fuera de
juego: entonces somos 11 contra 8. No es tanto tirar el fuera de juego
(nosotros no tiramos el fuera de juego) sino ocupar una situación
ventajosa antes de que se produzca el pase largo del rival. Conque los
zagueros den cuatro o cinco pasos los delanteros rivales ya no pueden
jugar. Pero tienen que ser cuatro pasos rápidos. Si lo haces lento
habilitas al rival".
"Manda el central más próximo al peligro"
"Siempre manda el central que más cerca está del peligro, porque el
resto, por la orientación, lo ven tanto a él como al balón. Por ejemplo:
si el balón viene por la derecha y nuestro lateral derecho sale,
siempre manda el central derecho. Los otros dos defensas, viéndolo en
perspectiva, tienen que colocarse en función de dónde se coloca el
central que manda. Si él da dos pasos no tiene ni que avisar. El resto
debe seguirlo. La clave es la atención y la perspectiva: el primer
central no se va a colocar en función de los otros porque no los ve. Lo
mismo que cuando estamos atacando: los centrales se colocan en función
de dónde se coloca el resto del equipo porque lo están viendo. Y cuando
ataca el rival, los que se colocan en función del resto son nuestros
delanteros. Cada jugador tiene una perspectiva y, dependiendo de ella,
hace una cosa u otra. El que mejor perspectiva tiene es el portero
porque desde atrás se ve todo".
"El mejor equipo se desordena y se ordena continuamente"
"Cuando tu equipo tiene el balón debes hacer todo lo que puedas para
que te lo den a ti. Cuanto más te muevas más posibilidades le darás al
compañero y más posibilidades tendrás de que te den el pase. Pero ese
movimiento genera necesariamente un desorden. Estoy harto de oír que
todos los entrenadores quieren orden. Equipos ordenados. Orden para acá,
orden para allá… Yo creo que un equipo tiene que desordenarse. ¿Dónde
está el quid de la cuestión? En que tiene que estar
desordenándose y ordenándose continuamente. El mejor es el que se
desordena y es capaz de ordenarse para que el contrario no aproveche ese
desorden. Porque si todo es orden, orden, orden… ¿Cómo sorprendemos?
Con el talento individual, vale. Pero tu capacidad como equipo se ve
mermada. Por ejemplo: el orden sería lateral, central, central y
lateral. Eso está ordenadito. Pero si un central sale a presionar al
medio campo se genera una zona que es un desorden táctico. Si ese
desorden no lo vuelvo a ordenar sí soy vulnerable. Entonces cojo un
lateral y lo cierro en función del balón. Así mi desorden pasa a otra
zona más alejada".
"Queremos desordenarnos lejos del balón"
"Buscamos que nuestros desórdenes se produzcan en las zonas más
alejadas del balón. Por eso metemos mucha gente en la zona activa del
balón con mucha presión para que el contrario no pueda salir a donde nos
haría más daño. Esa presión juntándonos en 20-25 metros hace que nos
ordenemos hacia el balón y nos desordenemos por fuera, y que tengamos
que estar reajustando continuamente. Si veo que un compañero va a hacer
una ayuda y ha generado un desorden en nuestro sistema tengo que ir a
taparlo. Ves el vídeo y lo hacemos tan rápido que el equipo parece que
siempre está ordenado cuando en realidad está cambiando de esquema. Hay
que ser rápido. Hay miles de combinaciones. Al final los jugadores lo
hacen por intuición. Se trata de ocupar una zona desocupada y alejar el
desorden del balón y del centro. Si el contrario quiere atacarnos que lo
haga por fuera. Yo soy un enamorado del desorden pero siempre que vaya
acompañado de un orden. Porque si te desordenas y luego no te ordenas te
acaban destrozando".
"El miedo hace mediocres a grandes jugadores"
"Si el lateral sube, metes al central en el lateral y al mediocentro
en la defensa. Pero los movimientos de adelante hacia atrás me gustan
menos que los de atrás adelante. Prefiero que Trashorras y Baena vayan a
presionar a un mediocentro contrario y que sean los centrales los que
achuchen las líneas por detrás y se junten a los mediocentros, antes de
que los mediocentros den un paso atrás y se metan entre los centrales.
Porque un paso atrás tuyo es un paso adelante del contrario. Me encantan
los jugadores que juegan de atrás adelante. No me gusta la gente que a
las primeras de cambio sienten temor. He visto grandes jugadores
convertidos en mediocres por el miedo".
"Si el lateral sube, que no piense en defender"
"Queremos que el contrario sea reactivo, no activo. Prefiero que nos
esperen antes que tener que verlos venir. El lateral no tiene que
preocuparse del desorden que crea. De eso tiene que preocuparse la gente
que tiene por detrás. Yo nunca le he dicho a un lateral que suba y que
esté pensando en defender: ‘Si tú estás atacando ataca, y ataca lo mejor
que puedas. Lo que no quiero es que subas pensando que si pierdes el
balón tienes que bajar. Porque entonces ni vas a atacar ni nada.Si
pierdes el balón ya nos habremos organizado en función tuya".
"Es mentira que no se pueda presionar 90 miniutos"
"Hay un tópico que dice que ningún equipo puede estar presionando los
90 minutos. Es mentira. Nosotros lo hacemos durante 90 minutos. Y si el
partido durara 120 también lo haríamos. El tema es hacerlo con ayudas y
que al final esas carreras sean cortas. Lo que no aguanta un equipo son
90 minutos yendo y viniendo pegándose carreras de 60-70 metros.
Nosotros perdemos el balón y tardamos una media de 5,4 segundos en
recuperarlo. ¿Acaso no se pueden hacer esfuerzos de cinco segundos? Lo
que ocurre es que si coges el balón y lo pierdes inmediatamente te
cansas. El tema es cogerlo y que te dure. Una de nuestras máximas es:
‘cuando nosotros no tenemos el balón nadie descansa; solo nos tomamos un
respiro si lo tenemos’. Por eso tardamos muy poco tiempo en recuperarlo
y luego tratamos que nos dure mucho. Contra equipos grandes te cuesta
más. Pero al final todos los años somos el tercero o cuarto equipo con
más posesión de Europa".
"O los convenzo a todos o el desastre puede ser monumental"
"Si no se convencen los once de que tienen que jugar así el desastre
puede ser monumental. Si no eres capaz de convencer a tus jugadores
tienes dos opciones: o cambias de sistema o presentas tu dimisión. Lo
que no se puede hacer es que presionen ocho por un lado y dos por el
otro. Ante eso, lo más sensato es replegarte y esperar atrás, que es lo
que hacen otros equipos".
"El día que empatemos 12 partidos bajamos"
"Yo le digo a mis jugadores: ‘¡Los empates no valen absolutamente
para nada!’. Si el partido acaba en empate acabo más jodido que si he
perdido. El año pasado empatamos cuatro partidos y el anterior tres. Los
jugadores lo saben: el día que nosotros empatemos 12 partidos bajamos a
Segunda. Es matemática pura. Si empatamos 12 quiere decir que nos
quedan 26 para ganar o perder. De esos 26 tendríamos que ganar como
mínimo 10 o 12 para que las cuentas nos salgan. Yo quiero ganar o
perder. En los dos años que llevo aquí solo han ganado más partidos que
el Rayo el Barça, el Madrid, el Atlético, el Sevilla, el Valencia, la
Real y el Athletic. Los siete grandes".
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